domingo, 6 de noviembre de 2011

Les controlaban sus vidas, pero no sus sentimientos.

En la noche compartía con él su cama, aunque la distancia entre ellos anidaba. El vacío del silencio
a gritos desgarraba el aire. Las palabras ahogadas quedaban en su garganta, lo miraba y en sus ojos ya no se veía esperanza. Era como si un abismo entre ellos se iniciase, ya no valía la pena hablarse, ya las caricias no formaban parte de sus noches soñadas. Ella temía perderlo, ella temía al silencio de sus palabras, esas palabras que se sienten y que no se expresan por miedo a la huella que dejan en el alma. Lo miraba, suspiraba y pensaba que mañana quizás, volvería el amor y la esperanza a su semblante. Y enfundada entre sus lágrimas se dormía al alba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario